Te vi sol, acariciando la espiga
amanecida de bronce moreno,
y mi mano laboriosa prodiga
conciertos de vida en un papel pleno.
Repleta de los vacíos que mitiga
el perfume enmaderado sereno.
Y voy zurciendo los lienzos añejos
con las confidencias de amores viejos.
Es como una estrella de cuatro puntas
¿ves? igual que la rosa de vientos,
tiene sur, norte y con nada las juntas
es mirar las nubes a barloventos
en lucha por acoplarse trasuntas,
y la vida solo queda en recuentos.
Aún en nuestros ocasos placiendo,
asì, eterno seguirá el sol naciendo.
Solo en ti noche tiznada y profunda
el verbo al son aúlla silencioso
y al oído es melodía grabada
el vuelo del colibrí bullicioso.
Aquí hoy, el corazón mío redunda
viajando por los sueños azaroso.
Y en las sombras un lápiz se hunde en canto
trémulo traza... ¡un por quererte tanto!.
Guillermina Covarrubias.
10/02/2016
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