24 abr 2014

Rojo Corazón





Sentir el aire que entra en los pulmones
alivianando el cuerpo como hoja en otoño
la piedras se reconcilian en algodones
sin quejas de hombros empobrecidos.

Que calcen las huellas al caminar al revés
mirar hacia atrás y no morir en el intento
tropezar con el agua en el desierto
calmar toda la sed de una sola vez.

Alma corazón y pan – ¡no se donde lo escuche!
tiene la fragancia del rojo corazón latiendo
el alma en paz aunque sea un delirio
y el hambre de la suspirada sensatez.

beber los nudos del alma sin desazón
nadar desnuda en el lago de esmeralda
tan indiscutible como la esperanza
ahí donde anida el amor en este loco corazón.

Eso es lo siento yo decía violeta
En este instante profundo
también lo digo en mi ¡yo fecundo!
no volveré a los diecisiete.

Sin embargo existiré radiante como barda
amando sueños, elevando trovas
tan soberana como el viento
dejando miguitas de ternura
más allá de las palabras.



Guillermina Covarrubias Medina




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