La noche viene
sin tus cabellos
callan los grillares
su sinfonía.
Ya no más
el silencio y sus gritos.
Ni rebuscar tus ojos pequeños,
enloqueció mis días
y mis noches.
Inconexa muñeca de trapo,
la mitad del tiempo.
Y en la ventana
sueña sus sueños
de espantapájaros,
donde las espigas
se desgranan con el viento,
mientras hablo con mi sombra.
Más con mis dedos
voy a escribirte sonrisas
y nunca digas,
que no supe amarte.
Guillermina Covarrubias Medina
24/10/2018
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