12 sept 2018

Medita la voz en el silencio



Mi higuera bendita, es como mi ángel de la
guarda, no tiene boca.... pero es la voz en
mi silencio perfecto.
Guille.




El aire carraspea
el lado izquierdo pesa
el internet se ha caído
y mis dedos están lentos.
El agrio orgullo
en la conciencia retiembla.
Algo de esta noche
me aprieta los huesos,
de azahares y jazmines
y en el seno izquierdo
una rosa roja brota,
con cristales derretidos.
Y en las entrañas
un pensar hondo,
da riendas a los despojos
como enjambre de abejas.
Entonces veo mi higuera,
¡Ay intente quitarle la vida!
ahí está, erguida, señorial
renaciendo soberbia
con sus primeros frutos.
Me abre el tremendo cielo
primaveral, matizado
con blancas ovejas.
Y en las noches,
un sinfín de estrellas,
las vislumbro en el universo
de puntas doradas e imperfectas.
Y me hace meditar ,
no, no soy oruga
quizás tan solo una mariposa
de imperfectas alas doradas.
Y al minuto bendigo
esta pretensión de loca;
de caterva sangre india,
con insensatez y mesuras.
Amo el silencio dulce
que hizo de mí, su hospedaje.
Beso las huellas
de mi pobre inteligencia
de sueños y porfías,
y el llanto, el llanto
de emoción profunda.
Tal vez la locura no sea donaire,
pero de eso, esta forjada mi vida.


Guillermina Covarrubias Medina
12/09/2018

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