Demonia… inflamo mis labios

En puntos suspensivos y callo.

¡Allí estoy ¡yo ¡ la otra! y me abandono

en la chispa que se convierte en fuego

en llama, en hoguera,

con la pasión del infierno.

Me convierto en demonia

entrelazo mis piernas en tu cuerpo

con mi cintura insolente,

acuno el vaivén del viento.

Yo demonia te persigo con mis dedos

hasta el asilo de tus enjambres

te beso , te beso, yo demonia

bebo el aliento de tus espasmos,

en ríos de glorias urdiendo

la turgencia, que rapta mi sangre,

que me lleva hasta la luna

en sus todas sus fases.

Yo demonia me embriago de sollozos

en el caos de tu paraíso, suspendida

en gotas de placer, colgando de mi cuello.

Como demonia te desvisto y

desvelo tus manos con el calor

de mis muslos, enarbolados trigueños,

y me invento demonia rebelde

la que aun sostiene tu beso.

Demonia soy…

en un cajón cerrado guardando sueños

Guillermina Covarrubias Medina

22/09/2014/

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