4 ago 2014

SECUENCIAS

Cuando logré remontar el vuelo,
sentí el sabor del viento
y me hice adicta a la libertad.
Yo.




La sangre se siente extranjera
en un cuerpo indigente,
cada vez que los ojos
se vuelven fríos
y mis alas se vuelven piedras,
el silencio sobrevive, los miedos también.
Aleteo las hambrientas nostalgias
para alivianar los escombros
detener la pena entre mis manos
en el canto de un lápiz y papel.
me sacudo los trajines de los dientes
en la locura obstinada
oxigenándose de palabras
en un pájaro de escamas.
Por un rato solo por un rato
en un sorbo inquisidor,
el reloj se detiene en los gestos
de una lengua dura.
Entonces remonto el vuelo
con la fuerza del águila herida
planeando las alas.
No volveré por cebollas a Egipto.
No morderé mis ojeras con azúcar.
Ni volveré a pintar mis uñas de hollín.
Porque siento en mi dedos
las caricias de las nubes
cuando atrapo los sueños
sin arrastrar lastimas.

Guillermina Covarrubias Medina


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