Si solamente hoy, pudiera
adueñarme de tu cielo
sería luciérnaga
desvelando la sensatez.
Como hago para no anhelarte?
Si me amenaza el desquicio
de la llovizna intermitente
Inquieto el deseo aletea mi piel
Como alas de colibrí
en chispas teñidas de sueños.
Se apodera en gajos de luna
el sabor de tus besos
en el rugoso silencio.
Quédate con tu cuerpo cósmico
en mi sed flotando boca arriba
en el umbral de todos mis caminos.
No muere el amor
penetra en mi pulso,
como en la agonía próxima
vestida sobre la cama.
Guillermina Covarrubias Medina
17-08-2014
Me resulta un poema de buen gusto, amiga.
ResponderBorrarAbrazos
Abracitos amigo mio.
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