Te cimbras en la población de mis palabras
¡Ah! como hamaca en ecos de nostalgias
mientras elefantes golpea mis sienes
y la ansiedad tan enérgica como gacela.
Con los ojos profundos la ausencia
es tristeza tierna con sonidos amargos
hacen conciertos en las dunas de mi pecho
revientan los cristales con su voz callada.
Arrullo tu mirada en el crepúsculo de mis besos
eternamente en las capas de este mundo mío
para que no tricen las estrellas el alma mía
la desbocada soledad, y el galope de la noches fría
Te siento en el silencio de los pájaros
sujetando las melancolías con sus brazos
invisibles como el tiempo que se adueña
del recuerdo sin tu existencia.
Guillermina Covarrubias Medina
23/07/2014
Se me da muy bien el poema, amiga. De muy buen gusto.
ResponderBorrarAbrazos