16 jul 2014

EPILOGO




Ve el silencio acariciar el río
siente solo el murmullo
de sus dedos,
sabor a comino.
Y cuenta sus pasos
en una zanja de luz,
se refugia
en los recuerdos,
columpiando las sombras
guardando sueños
vencidos.
Va tejiendo palabras
en papeles, en un alfabeto
de lágrimas,
el olor de una tarde
de invierno.
Mira por la ventana
el abismo hecho
silencio,
y su mano en el pecho,
inventa una historia de amor
para huir de los espejos,
con su cielo de polvo
que matan los besos.

Guillermina Covarrubias Medina

06/2014
                 

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