Un pájaro sin alas
volando a medianoche
(Paradigma)
Me revelo de mi corazón
que se quiebra como un huevo,
de mis manos de pañuelo
enjugando el infierno
con pedazos, de papel
me río, de esta locura
que se encarna
en mis pupilas,
poniendo candado
en mi boca.
¡Ay la noche!,
me corta en rodajas
el alma de poeta,
llamo al silencio
pariendo ahorcados,
y la noche sufre,
sufre, cantando hebras
mordiendo la mordaza
que aprieta mi boca.
¡En tu amor he nacido tantas veces!
¡En tu amor he muerto tantas veces!
Me abro en el vacío
como fantasma de harina
me disgrego, en los minutos
pensando telarañas,
escribiendo palabras heridas
en mi mal sin fondo,
en la sombras con sombra
y que nunca fueron mías.
Guillermina Covarrubias Medina
03/03/2015/
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