¡Entonces aquí estoy!
bebiendo tú silencio,
mutilo y aglutino
los acordes de un sollozo
colgando, de las pestañas,
en los quejido del viento.
¡Y entonces sigo aquí!
Cortando los hilos de la esperanza.
¿Quién sabe de mí?
de mis demonios internos
mis poemas mudos.
¿de mis noches sin cielo
¡Sin embargo coexisto aquí
en mi cuerpo mudo
que te ama sin verte,
con la vergüenza rojiza
el suspiro en las faldas
y en mis manos la nada.
Guillermina Covarrubias Medina
12/03/2015
Me resulta un buen poema, amiga, que discursa de maravilla.
ResponderBorrarAbrazos