2 mar 2015

AUSENCIAS.




La luna me observa sigilosa,
me desnuda, martillando la balanza,
el corazón se me hace greda
y las lágrimas de trigo,
cuchareando la ausencia.

Converso con el muro de piedra
frío, como la primera noche de marzo,
regresan tus besos mi bienamado
cargados de violetas y cuchillos.

Entonces mis zapatos se olvidan de volar
el cielo se quiebra como una copa,
se ríe la flor de la higuera en mi presencia.

Y un planeta perdido tras de mi ventana,
me deja su estela de arrogantes campanas
atraviesan la gravedad del silencio
de iglesias derrumbadas por el óxido.

Guillermina Covarrubias Medina
02/03/2015/

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