En mil rumores de las venas
escucho el ruido de tu soplo;
trenzas mis vestidos vacíos
reconquistando las huellas
de mis pantuflas gastadas.
Con semillas de girasoles
sellé escondido tu nombre;
en el encanto de las estrellas
ahí dibujo rectas y curvas
revolviendo tus cabellos.
En las palabras detenidas
en este silencio mío,
con los suspiros y arrugas,
los grillos tejen los rincones
de esas lunas desoladas.
Las palabras como hilos
caen en las páginas en blanco
y desde el alfa al omega
grita el mudo silencio
¡toma el beso de mi voz!
Guillermina Covarrubias.
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