3 sept 2019

SACRILEGIO.



Mis manos se abren enredadas como algas, conquisto tu espacio, como un naipe en desorden.
En el crujir de las hojas, me desdoblo en galaxias, hasta el fondo de mi conciencia, engendró un laberinto y las palabras, giran descifrando el silencio gota a gota en los signos que cimbran el remanso del agua y crecen rosas sigilosas, llenas de júbilos y el corazón canta, en el lema de la vida que no sabe de imposibles del pretérito imperfecto.
Las hormigas recorren como gitanas en destierro en el desierto lleno de puertas, indagando el viento por las cascadas de minerva, y los sintagmas encendidos despiertan musarañas en las brumas de las pasiones, como panteras en nirvana, y se hunden en la almohada, las orugas encienden plegarias en una danza sacrílega y los tacones vuelven a bañarse en los sueños, mientras yo... sigo vagando en tu Génesis.


Guillermina Covarrubias Medina
Derechos reservados.

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