Me soñé para ti, esmaltada en
en retoños eternos,
como una semilla de luz
hasta el ultimo fragmento,
y tú, una semilla de agua
regando mis caminos viejos.
Los pensamientos
se exprimen, como las uvas,
que a gotas,
destilan en mis silencios.
Fuiste la gloria
de mis noches viejas,
navegaron tus ojos
como signos en el espejo
y en mi alma, años nuevos
que en llamas florecieron.
Hoy se ausento la luna
pero desde mi balcón, te vi,
en cada fulgor de los luceros
Y mi cabeza, esta triste todavía.
Es la despedida del último sueño.
Guillermina Covarrubias Medina
01/01/2016/
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