30 jul 2017

TRAS EL CRISTAL LA RUMOROSA HIGUERA.







En cada invierno que pasa estas en las nostalgias y en mi seudónimo, en el retrato escondido en alguna parte que ya olvide, en los insomnios e insomnios abrazada a mi café, intento sonreír corregir, renovar, arrinconar el sueño que soñé en todos los agostos, y cada vez el corazón despertaba , por supuesto despertaba para volver a surgir como el destello, ordenando las cicatrices que enseñan convertidas en memorias, en la famosa realidad, me miro en el espejo encuadrado en la pared de mi alcoba y mis ojos siguen laboriosos, mi corazón late en el lado izquierdo, las caricias también enseñan son suplentes del pañuelo.
Han pasado los años, y las hojas secas vuelan en el vacío de mis silencios, han caído como fantasmas de trapo, los miedos, los viejos almanaques. Esparciré toda la sal de tus ausencias, con los nuevos ecos que reventaran mi vientre de indiscretas estrellas y jirones de luna, perpetuando los veranos, los sueños convertidos en materia, azotados de luciérnagas sobre la piel de la vida y que la noche se desvista para cantar hasta que se derrita la madrugada.


Guillermina Covarrubias Medina
22/07/2017.

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