17 jul 2017

DE MEDIANOCHE








Será que corro embriagada, cargada de amientos páridos, sigo, sigo sin relajo y caminó sin parar con el olor que me atraganta, se queda mil tiempos, en mi cuerpo de mentira, calló soledades bajo el viento, en el latir entero que salpica en mis cabellos cenicientos, Me pierdo en la vía láctea ahí donde se suelta el alma, la sangre habla, los alientos también, y las penas se hacen nada, giran todos los antojos en una danza de cien alas, trastocando las capas del silencio, entonces sin parar yo, no soy nada, solo una fábula que abrazó sobre el pecho, hazañas, con el nombre torcido, con los pechos en ayunas y las nubes bailando en los ojos, sin embargo canté, armonice con el alma y el cuerpo en la sombra de tu sombra.
Y cuando despierte mañana razonando terciopelos, cazando la vida y soles sin parar, en las estrías de las nostalgias, que hago contigo noche, sin los gestos, sin miradas, eres y no eres, pareces palabra y silencio yo me pierdo en calendarios, que perfuman mis manos. La savia de la historia se queda en los ecos de mis huellas, en la brújula de los siglos. Mi higuera preferida, se cruza en mi ventana, como el entendimiento, ahí donde el trigo huye y arcoíris germina.




Guillermina Covarrubias Medina
15/07/2017

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