Otra vez el recuerdo se instala
y mora en la hoja en blanco
lloro impotente y luego escribo
todavía lo amo tanto ¡Duele!
cada suspiro que mi alma exhala
mi corazón un prendedor sin ruido
que adorna las distancias
y en mi pensamiento un cardumen caviloso
hiriendo el muro del tiempo
tangible incierto arremolinado
aumentando con intensidad las imágenes
consumidas en ilusiones famélicas
de tus labios mojados sobre mi boca
dibujándome con tus besos
en mi alma que conoció
los secretos del amanecer
en un beso inconfundible cálido
como una lágrima de sol un rubor luminoso
que eleva las sombras llenas de pasión
y esos besos se esconden
entre las espesas almohadas
y en mis brillantes suspiros
está tu silueta en el beso dorado
del abrigo del tiempo
otra vez asoman lágrimas plateadas
absurdas como noche hastiada de negruras.
Guillermina Covarrubias Medina
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