25 ago 2019

CUASI MÍSTICA

 
Llegó un fin de año del 2010 desde entonces aparece tras mi ventana.


Siento el eco de tu sombra
desde la cocina
entre el olor a pan y comida
y tantos secretos, como lluvias
que un día lloré,
lloré la despedida.
Yo lo quise en silencio
y tú, lo sabes.
Otra vez, Verónika,
floreces en mi rincón
tan mía y tan ajena,
escondida entre la niebla;
como la enfática maestra
y me ahogo en la mudez
y no puedo dejarte en el lienzo,
ni en un triste adiós.
Sin embargo, mueres
y un instante renaces
y se despliegan los versos
resurgen como la maleza,
o el gusano de seda
dividiendo el capullo;
ahí donde nace el aire
empapando mis noches
entonces te sacrifico,
pero, en un instante
vuelves a brotar de la nada
tan mística como llegaste,
como el color
de sus ojos en la tarde
y eres una eternidad infinita
tan ajena y tan mía.


Guillermina Covarrubias Medina
derechos reservados del autor.

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