De mis poemas prohibidos
Se desnuda el silencio
la luna, el horizonte tambien,
así, como el alba
levanta sus alas,
para que amanezca.
Se desdibuja la noche
y me llamas; ¡pequeña!
para olvidarme de mi origen
y un millar de plenitudes
o incluso más.
En los ecos húmedos
del paraíso;
tras el vestido púrpura
depositas versos y flores
y remolinos de papel.
Con tus manos hurgando
entre los pliegues
hasta el apocalipsis,
incluso mas.
Las virtudes vuelan
a punto de llegar
a la estación lluviosa
de mieles e infinitos
¡incluso más!.
Guillermina Covarrubias Medina
15 / 10/ 2018.
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