Caballero! de la triste figura
usted que murió cuerdo y vivió loco,
y a tanto extremo llegó con finura
a la sombra y el sueño barroco.
Le quiero contar que como usted,
tengo un enemigo que es amado mío,
me roba la cordura con ansiedad
un desatino que es tan solo, desvarío.
Se me ha pegado su mal bajo la luna
confundo un gigantes, con molino
en el delirios, de las noches una a una
cuando las letanías bufas empino.
Hágame lugar en su montura
Para divagar, en sus fantasías
con la insensatez en la armadura,
Y en las alforjas rebeldías.
No soy noble ni hidalga
Caballero de la triste figura.
la andanza sin juicio se alarga
y cargo su misma amargura.
Guillermina Covarrubias Medina
29/03/2015/
