3 ago 2018

Siempre amanece.








Las estrellas de la noche
se vuelven siemprevivas
aguzan a escondidas,
todo mi ser sucumbe.
Y desde mi rincón sin horas
las encuentro; como yo,
más allá horizonte
alucinando sueños.
¡Rompen cauces ¡
me escriben tu nombre
y todo se vuelve íntimo.
Se abren a los colores de agosto
inunda los vitrales del pensamiento,
con ese olor a tarde de invierno.
Vuelve la fragancia
agridulce de tu piel,
envuelve como un cisne
con su cuello en mis arrugas,
donde los grillos encubiertos
palpitan tus besos,
más allá de la creación
de algodones y nubes.
Se ahoga mi café
olvidado en el escritorio,
entre las cortinas, miro,
su corteza envejecida,
a la cómplice de mis silencios
y me golpean, me traspasan
hasta los suspiros de mi higuera,
la luz entra por mi ventana.
Amanece.




Guillermina Covarrubias.
Agosto 2018.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario