4 mar 2018

MEHICE POETA




Lo que toca el alma jamás se olvida



Entre los sollozos de violoncelo
me sorbiste hasta las uñas
y los suspiros de libélula
acariciaron mis ojos.
Desde entonces te llevo en el alma.
Y en el enigma, en el incógnito
esta tu estigma en mi vago viento.
Y la metamorfosis, de gitana a Pegaso
desfloró la razón de la página en blanco.
Ya casi ora el otoño
miro hacia abajo, solo sombras,
arriba, en el firmamento los puñales
tronchan mis sueños de oruga.
Y en la joroba, cargo; acurruco
el cardumen de tu boca
con el eterno incensario de tu carne.
Los grillos son sicarios en la frente
el séquito de tu voz; un numen,
que gime en el claror de las estrellas.
Los versos y poemas, se turban
encienden la locura
y me vuelvo a vestir, de rojo pasión,
garabateo en tu piel , en tu boca,
y en tu viviente universo.



Guillermina Covarrubias Medina
04/ 03/ 2018.
Nota: solo una "artesana" de las letras.

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