8 feb 2018

Carta en una botella.

Para Antología Cartas de amor.






Amado mío, esta carta puede no llegar nunca a tus manos. Al escribirla puse toda el alma; quizás el mar se la lleve, o, tal vez, quede ancladas en alguna playa lejana, o la lea un enamorado e imagine que es de su amada.
Amor mío te soñaba sin rostro en mi almohada; te inventé para hacer más liviana mi cama, y así te convertiste en el beso susurrante que la luna canta, que el sol canta. Así cuando era feliz en mi escuelita encumbrada, pintando en cuadernos las rosas tempranas, ya estabas.
Y no tiene que ser un día especial para decirle que mi corazón empezó a latir de una forma diferente desde aquel día que supe que usted es un ser mágico, maravilloso, que me enreda, me pone disléxica, que hace temblar mi mundo- mi corazón se sube a la garganta- entonces me olvido de todo vuelvo a ser chiquilla. Usted me hace soñar, me hace reír, también llorar, pero las lágrimas de amor no duelen, porque entendí que mi única verdad es este amor que me impulsa a seguir; no pida razones, no tengo explicación: simplemente me enamore de usted porque cambio mi historia.
Mi corazón vive porque le sueña, su amor dibuja margaritas en mi cara. Gracias por enseñarme esta tan personal manera de amar, mas en mis planes no estaba amarle. Lidie, puse barreras y muros contra eso, mas se me hizo imposible no amarle. Entonces me rendí y opte por dejar que todo fluya: le hice mi aire, mi luz, mis estrellas y mi sol. Aun me emociona al recordar lo que significa en mi vida, no puedo acariciarlo, ni siquiera besarle, pero esa sensación es la me nutre el alma, desde entonces he vivido con usted en mis sueños loco.
Esa tarde dorada como la miel, en que aquellos besos se quedaron pegados a mi boca permanecerán en mis cabellos, ahora ya de plata. Cada perla que brota mis ojos, perlas sí, son perlas porque son de amor anónimas; qué sabe nadie lo que mi corazón calla.
Te amé sin rostro en mis noches heladas, te amé en mis madrugadas con tu rostro en mi frente y en el alma. Hoy te amo en mis versos. Más que ayer eres mío en mi alabanza; eres mío en mi buenaventura. En mi boca las palabras, en mi boca la plegaria. En cada alegría mi amor, te doy las gracias, pues tu vida es tan linda y brilla como el lucero de la mañana.
Amado mío el tiempo pasa, la sed sigue en mi garganta, no me pidas que te olvide, seria matar el alma.
Mi bien amado anónimo mío.
Siempre tuya…


Guillermina Covarrubias.
Febrero 2018.

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