29 sept 2016

EL AIRE SE LLENA DE VOCES.(Neo Barroco)



Los colibríes revolotean
repiqueteaban, en bandadas
contorsionando el pecho.
Mil mariposas, devoraban,
comían, mis entrañas,
así fuera mejor rosal,
haciendo surcos
en mi ansiedad enhebrada,
sentí, la palmada en el alma.
Los saltamontes,
desgranaban los sesos,
salpicando, como potros ciegos
y los ojos de a puñados
soltaron los destellos,
sollocé, con llanto de mujer,
así, se lloran los muertos,
cuanto tiempo no sé…
solo sé que siento.
La sangre brota entre piel
y garganta, un grito calla;
¡no puedo arrancarle
de adentro!
Entonces tiemblo
como voz antigua,
y relincha el silencio,
se aglomeran
las palabras en chorros,
sin riendas, sin frenos.
Esta noche;
se me abrió el alma
soy prisionera de la memoria,
y tú, el grumo de miel
que me inunda,
el arquitecto de ese oasis
que pone luces en mi pelo.
Suspiro profundo
desvanezco la lluvia,
los grillos, vuelven a su ranura,
me sirvo el cuarto café,
las margaritas
me florecen en el rostro.
Aprieto las pestañas,
me hundo en los sueños de niña,
perdidos en la distancia
teñidos de misterios.


Guillermina Covarrubias Medina
29/09/2016.
Derechos reservados del autor@

MAREAS ALMA ADENTRO








No me culpes
si te recuerdo,
si, tu dulce voz
es que me llama,
en el zumo canto
del viento.
El corazón,
se me llena de sonidos,
con sinfonías
de amores y cantares.
¿Dime que hago
con esta alma
enamorada?
Que sueña, enredada
en las estrellas,
aún, sabiéndote
envuelto en lejanía.
Se derraman en mí,
tus ojos pequeños,
amuletos, de mi poesía,
aguijonean ocultos
y mitigan mi amargura.
En esta noche oscura,
más florece el rescoldo,
es volcán, mi espíritu
inquieto, donde se desliza
el matiz de tus besos,
que giran en los acentos,
y en las liras de mi pluma.




Guillermina Covarrubias Medina
27/09/201

10 sept 2016

TRAS MI VENTANA, LA HIGUERA, LA LUNA...Y YO



En un repaso de algunos garabatos que he escrito se tejió esta prosa Y...

Tejiendo los hilos de mis memorias, creando telarañas en los rincones de las añoranzas, mientras; la luna me mira entre la higuera y mi ventana, mis pupilas navegan a la deriva y el corazón traidor, despierta las huellas dormidas, Le arrancan la envoltura al silencio los sermones del viejo viento, no han enjugado el vendaval de besos, cuando te quise bajar la luna. Aún tengo las gotas en el alma, que armonizan con tu aliento en las brumas de la algarabía, entonces mi soledad ya no es soledad. Me convierto en jadeo efervescente un libro de aventuras, quizás una flor silvestre o tal vez la razón que no vale nada, que se rinde al lírico núcleo de un clímax lisonjero, del ajenjo jubiloso que galopa en ese silencio… que nadie me espera. ¡Que sabe nadie! si el reloj se detiene en el ayer, apretando los quejidos de mi garganta, con tu silueta rebelde, y el oasis de ternura donde volví a nacer sobre geranios blancos como flor nupcial.
Los suspiros que se instalan en mi pluma, ya no soy hojas en blanco ni pensamientos ciegos, tampoco frutos estériles.
Bajo un ovillejo de retamos, has sido la seducción de mi oro viejo, labriego de mi huerto, un cardumen en las lenguas de la noche, que te besan cada minuto, en mis letras sencillas como tu corazón hace latir el mío... hoy otra vez estás detrás de la ventana entre la higuera la luna, y este silencio que paradójicamente...nunca calla; mi eterno amor.


Guillermina Covarrubias Medina
10/09/2016

4 sept 2016

RESABIOS




En mi vieja memoria hoy
silencio infinito, es grano
desde el alba al grillar; voy
sin voz y un beso lejano.
Son los sueños de laurel
sol , rosas, sombra, espinos
y las semillas de tu piel
el más dulce es de los vinos.
En el brillo de tus ojos
esta el mapa de mi días,
lo tracé, con los abrojos
se quedaron en estrías.
Que ansiedad te anuda
-dice la tristeza-
Tengo semillas, de un grito
en las manos,
y en las manos agonías,
bordadas en mi carne
preñando sinfonías.
Un tambor agreste,
se hunde entre las voces,
un sollozar infinito.
Tú… mi alma de madera.
mil abejorros acoges,
tengo la frente vacía,
¿Qué si me duele?
la carne, seca por dentro
Acaso; no se cuenta la lluvia
y corren las aguas turbias
matando el tallo de la espiga.
Hoy la india no es guerrera
ni siquiera alcanza
a tener nombre.


Guillermina Covarrubias Medina
04/09/2016
Derechos reservados del autor@