En las estrías de mis nostalgias
golpean tus besos náufragos
en mis vestidos de agua.
En estériles resistencias muerde el delirio,
mi corazón se defiende de tu mirada
de viento metal, tragando distancias
lloran ausentes, los ojos infieles como
rosas punzantes, agujereando un beso.
La metafísica galopa, en la cuenca de los ojos
de lágrimas más lágrimas, horadadas encinta
de lluvias de salmueras, de sudores espesos
tan secretos, como la masa de Andrómeda.
Desgarran la garganta, rosas de alambre
con sabor a vinagre dulce, de roncos sueños
de pan, de luces, ahorcados por el tiempo
residencia, de harapos sucios adoloridos.
Guillermina Covarrubias Medina
03706/2014
Me resulta un poema de buen gusto, amiga.
ResponderBorrarAbrazo