Sentada en mi rincón, las ausencias mojan mi ventana.
y pensé, a cuantos seres en el planeta les estará calando las ausencias.
Ven a mis sienes amado mío,
para que no muerda el alma;
el nacimiento de las espigas
y el silencio cosido a la lejanía-
no sea una vieja leyenda.
¿Qué puedo hacer sin trigo?
sin tu voz que mece el viento
en los ansiosos caminos
sembrados de azucenas,
que cubren mis nostalgias.
Ven a mis sienes amado mío,
que de hiedra se han cubierto
y colgó el olvido en mis alas
en la luna que oculta la noche.
En vano tengo coraza
el rocío alumbra mis ojos
cruza mi seno izquierdo,
se quebranta a las ausencias
en el ramaje de las venas
que aletean los amores
y no quiero enloquecer.
Guillermina Covarrubias.
25 de mayo 2020.
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