27 feb 2020

 DE MEMORIAS Y DE TIEMPOS ( A mi Facu)

Después tres meses enciendo mi viejo computador, mi compañero de aventuras y poesías, (no estaba muerto estaba taimado, a su dueña nomas.) brotaron todos los recuerdos de hace diez años y le escribí estas letras


 
 Estoy frente a ti,
desvelando la noche
con la lengua en tus rincones
busco el sentir
en las páginas perdidas.
Han pasado diez años
añorando los recuerdos,
de lunas y de olvidos
de amores y tristezas
de anhelos no cumplidos.
Te hablo, te siento y renazco
conjugando el verbo amar
en toda la razón
de mis pretéritos.
Dibujo tu figura
con mis dedos;
reboso a sorbos mi locura
en ese beso …
que tropezó en mi boca
y toda mi ternura hecha silencio.
Se hace abismo el olvido
que los años no han borrado,
te disperso mis versos en cascajos
para no morir en mi propia voz.
Sembraste palabras, sin ruidos,
gritos condenados al destierro,.
de tu mano vuelo sin alas
y se derrama la libertad
en la caja de pandora
de mis labios cerrados.

Te amo.

Guillermina Covarrubias Medina
27 / 02/ 2020

16 feb 2020

AMANECIDA







Un ladrido de madrugada despierta en oleaje el vuelo de los pájaros, perverso silencio; que me habla y pone en vitrina las secuelas de la piel y del alma.
Y los pensamientos también huyen de la quietud de mis manos que intenta apaciguarlos y prensar el fardo gris que detona como una bomba atómica,ahí donde morí mil veces y mil veces volví a vivir. Sentí la culpa de no ser perfecta para un ser perfecto, entonces se marchitaron las margaritas de la boca, duelen los recuerdos más que los leñazos del tiempo.
Apego mi cabeza al cristal, desanda a los dibujos morados, las membranas me exigen respuestas; se contrae mi boca y la mañana huele a esa verdad que amartillo.
Una y cien veces crucé el mar rojo, di vueltas esas mismas veces en círculo, quise beber del becerro de oro y en conclusiva siempre regresé por cebollas a Egipto.
La oscuridad fatiga, hace agujeros muy hondos que no hay espuma que los tape…. Las noches siempre serán noches, pero la claridad no es efímera, y el amanecer nunca se tarda…
Entonces gire el timón, y cambio el rumbo a mar abierto... ya no quiero volver a Ítaca.

Guillermina Covarrubias Medina
Febrero 2020

10 feb 2020

CARTA EN UNA BOTELLA

Para Antología Cartas de amor.





Amado mío, esta carta puede no llegar nunca a tus manos. Al escribirla puse toda el alma; quizás el mar se la lleve, o, tal vez, quede ancladas en alguna playa lejana, o la lea un enamorado e imagine que es de su amada. Amor mío te soñaba sin rostro en mi almohada; te inventé para hacer más liviana mi cama, y así te convertiste en el beso susurrante que la luna canta, que el sol canta. Así cuando era feliz en mi escuelita encumbrada, pintando en cuadernos las rosas tempranas, ya estabas.
Y no tiene que ser un día especial para decirle que mi corazón empezó a latir de una forma diferente desde aquel día que supe que usted es un ser mágico, maravilloso, que me enreda, me pone disléxica, que hace temblar mi mundo- mi corazón se sube a la garganta- entonces me olvido de todo vuelvo a ser chiquilla. Usted me hace soñar, me hace reír, también llorar, pero las lágrimas de amor no duelen, porque entendí que mi única verdad es este amor que me impulsa a seguir; no pida razones, no tengo explicación: simplemente me enamoré de usted porque cambió mi historia. Mi corazón vive porque le sueña, su amor dibuja margaritas en mi cara. Gracias por enseñarme esta tan personal manera de amar, mas en mis planes no estaba amarle. Lidie, puse barreras y muros contra eso, mas se me hizo imposible no amarle. Entonces me rendí y opte por dejar que todo fluya: le hice mi aire, mi luz, mis estrellas y mi sol. Aún me emociona al recordar lo que significa en mi vida, no puedo acariciarlo, ni siquiera besarle, pero esa sensación es la me nutre el alma, desde entonces he vivido con usted en mis sueños locos. Esa tarde dorada como la miel, en que aquellos besos se quedaron pegados a mi boca permanecerán en mis cabellos, ahora ya de plata. Cada perla que brota mis ojos, perlas sí, son perlas porque son de amor anónimas; qué sabe nadie lo que mi corazón calla. Te amé sin rostro en mis noches heladas, te amé en mis madrugadas con tu rostro en mi frente y en el alma. Hoy te amo en mis versos. Más que ayer eres mío en mi alabanza; eres mío en mi buenaventura. En mi boca las palabras, en mi boca la plegaria. En cada alegría mi amor, te doy las gracias, pues tu vida es tan linda y brilla como el lucero de la mañana.
Amado mío el tiempo pasa, la sed sigue en mi garganta, no me pidas que te olvide, sería matar el alma.
Mi bien amado anónimo mío.
Siempre tuya…
Guillermina Covarrubias.
Febrero 2013