15 oct 2017

PENTAGRAMA






Valeroso se abre
el viejo silencio
y las historias
son ramajes
en un desierto
que florece,
en cada rincón
de mi pretil enrejado.
Y el pulso como
un pentagrama,
vive en un compás
de amaneceres tardíos.
Mis alas de cartón,
siempre abriéndose
como el alma,
en lo que fue, lo que es,
lo que aún espera,
la siega de un sueño
que el tiempo guarda
y en mi mano expira,
en murmullos
de palabras,
con el aliento de la noche,
que se pierde en mi higuera
donde se descalza,
el enjambre de amor
y de ilusiones,
que se escapan
de los labios
y de mis ojos ciegos.


Guillermina Covarrubias Medina
13/10/2017

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