10 may 2017

Reversa.


Estás como las gotas de lluvia que azotan mi ventana y cada gota que golpea impúdica, me hipnotiza, abre ese baúl que no cierra ni una fracción de segundos, estas allí desde el principio, con la pasión hiperbólica que ahora rocías en mi pelo, y yo atesoro la foto que se ha borrado con el tiempo, y los párrafos que esconden mi boca, nacidos en aquel suburbio que enturbia mis facciones, reviven mi piel viviente que quiere fingir e inventarse que nunca estuviste, que solo eres un rostro anónimo.
Y vuelven mágicas las imágenes, son jorobas en mi vestido me obliga a la invención de mis fantasías del febril laberinto, que suspende mis latidos, camino hacia atrás, sin embargo estas en mi mundo abierto que levanta mi talle, aún me atraes como un imán ¿Olvidas que me enseñaste a volar? Y desde el vuelo puedo ver, el blanco y el negro la magnitud del cosmos, los ciclos de la luna, los nidos de los pájaros, el trabajo de las hormigas, el grito de la tierra, el dolor y la guerra, el color intenso de las flores y las mariposas, como la risa de los niños tan bellas, el reflejo del sol, tus ojos pequeños, más este corazón que te sueña.
Y cada poro de mi carne tiene tus resuellos, mi lápiz aprieta el gesto vano de los olores, los sabores, mi tacto te alucina, aunque quiera cerrar la mente eres esa parte importante de mi historia y aquí detrás de los párpados llorones y en mis huellas digitales, siempre regresas anular mi cordura, y yo siempre regreso.


Guillermina Covarrubias Medina
11/ 05/ 2017/

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