Noche profunda

¡Oh guárdame el secreto!
y las confidencias mudas
de este paradisíaco
corazón sin juicio.
En el silencio de mis males
bésame hasta el hastió
quiebra mi piel
como nido al viento,
alberga tus ciclones
al ritmo de mi carne.
Así un clavel encendido
hundido en el firmamento,
engendrando lo inefable
con tu aliento y el mío
esparciendo primaveras.
¡Oh noche profunda!
hazme una semilla
libre vagabunda,
llena de sus signos
para que el alma me cante.


Guillermina Covarrubias Medina
14/02/2011