Hay momentos que la palabra
está llena de voz,
¿que puede ser igual a tu ausencia?
algo así como alargar el perfume
de una rosa, sin sangre, ni luna
o perforar agujeros de luz
sin recuerdos, ni un resto de mirada.
¿Cuantas eternidades faltan?
para olvidar, que te he amado,
sin la trampa del sentido.
Hay momentos que algunos
de mis gritos, se detienen junto a mí,
como si quisieran consolarme,
me miran fijamente
para quedar flotando, en el lápiz
absurdo y entonces escribo.
La palabra es el único pájaro
que no deshace lo tejido.
¿O acaso fue una metáfora?
-que mordí tus labios-
entonces viví para olvidar que se vive
y amar para olvidar que se ama.
Guillermina Covarrubias Medina
04/12/ 2015/
No hay comentarios.:
Publicar un comentario