DESPEDIDA

En los versos que no te escribí

adornabas el rezo de mi alma

que me enamore…

como niña que se vuelve volátil

¡tu cuerpo aquí! -!en mi!-

en la plenitud de la entrega

de una célula flotante en agua dulce

que moja hasta los sueños,

donde el fruto es una plegaria serena,

sobre trópicos de gloria.

Te busque silenciosa conjugando

cada verbo como quien teje con el viento

las hojas en el pensamiento,

en bandadas de besos que mi ansia anida

como el fuego, colgados de fantasías.

Levante la voz para sacudir tu corazón.

Hoy  la luna está en penumbras

y tengo frió como pétalo

desprendiéndose mientras desato

horas benditas, que la lluvia desborda,

que me abrazan derramando veneno

en mis labios otoñales, que no conocían

otros labios vírgenes de amante.

hasta que el día sea día y aletee la noche

estarás en el vacío de la luna menguante

sobre el regazo suave de ese viejo camino,

lloraran mis horas en la memoria de las piedras.

Estos son los versos que no te escribí…

Guillermina Covarrubias Medina

Un día cualquiera.