Inesperadamente estaba allí mirándome… y yo imaginando la estatura de los álamos sus formas y colores, me guiña un ojo esperando respuesta, ¡jajaja me río! enciendo un cigarrillo ya dispuesta a sus majaderías de circo viejo.
Estas ciega como un topo, es más fácil deshacer un átomo que tus prejuicios_ me dice riendo en una carcajada mezcla de ironía y tristeza. ¡Existes! Te encierras donde no hay puertas, preñada de llantos, ¿me pregunto habrás crecido?
Miro a verónica, atónita ahora es ella quien derriba mis muros, tal vez porque no quiero escucharme, después en un letargo soñoliento, o como sabueso que rastrea la vida para encontrarla, tiemblo pensar que un día me cierre la puerta el ocaso, y me muestre luciérnagas y faros, ¡no quiero! Vaciar la copa, de su recuerdo…
Entonces la sonrisa de desdibuja de mi rostro, Le digo verónica no eres ajena a mis silencios, has sido el oxigeno que ha alimentado mis sueños Te estoy sintiendo tan distante…y aun en mis fragmentos faltan vueltas a la tuerca hacia el eco, en una sinfonía de Beethoven… o en la locura de Schumann.
Verónica estaba allí mirándome de frente, entre el silencio que movía los labios sin gesticular palabras… llenando todo mi espacio una vencerá la otra, pienso, seria tan fácil como girar las llaves para abrir las puertas de la apatía y nonatos sueños, buscando huellas con los brazos abiertos, esos brazos como alas que quieren seguir volando, en esta loca carrera que se llama vida.
Quiero volverme caricia, para que no me sobre el llanto despabilare a la almohada entre la locura y el alba, cambiaré mis manos por alas
para que al roce mío se encienda la noche, el éxtasis bese mi cuerpo en cascadas y mi boca gima buscando sonidos nuevos, con mis dedos fugados al compás de mis versos.
Verónica me dice sin voz te estas reencontrando con tu propia identidad, en el dolor ignorante, tu mirada de noche y las dudas, inquisitivas ¿ te alcanzara su recuerdo para volar al infinito?
¿o serás siempre como el aire etéreo?
Quiero despertarte, quiero despertarme, porque quiero escucharme y escucharte reír
jamás sabrás quien eres si no le ganas a la distancia….
Guillermina Covarrubias Medina
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