En esta madrugada de martes, se me asoman en los recuerdos mis raíces
Cerro Navia del alma mía, estás en todos mis recuerdos, la escuelita en la falda de tu cerro, los juegos niña, los amigos del barrio, las baladas de antaño y la desflorada inocencia.
Hoy huye a tu asilo el laberinto de la mente, es un rompecabezas que perdió su pieza en un río caudaloso y yo un barquito de papel a la deriva, en lo imaginario y la resiliencia a una tierra que siendo fértil no encajo en la dualidad de esta locura mía coherente que rompe la lógica de mi universo.
Hoy más que nunca te añoro suelo mío, que me vio nacer, donde floreció el amor y mi vientre dio frutos, vagabundeo por tus calles, por las casas sencillas, y los perros callejeros mueven la cola y les dan agua y comida, ahí donde el vecino desconocido te brinda su mano en los designios de la naturaleza, y la fragilidad humana, soy un espantapájaros alzando el vuelo en este exilio voluntario, e involuntario buscando las semillas fértiles que no germinan, y aún no cuajan en este espíritu equivocado y aventurero.
Guillermina Covarrubias Medina.
Julio 2024
Hoy huye a tu asilo el laberinto de la mente, es un rompecabezas que perdió su pieza en un río caudaloso y yo un barquito de papel a la deriva, en lo imaginario y la resiliencia a una tierra que siendo fértil no encajo en la dualidad de esta locura mía coherente que rompe la lógica de mi universo.
Hoy más que nunca te añoro suelo mío, que me vio nacer, donde floreció el amor y mi vientre dio frutos, vagabundeo por tus calles, por las casas sencillas, y los perros callejeros mueven la cola y les dan agua y comida, ahí donde el vecino desconocido te brinda su mano en los designios de la naturaleza, y la fragilidad humana, soy un espantapájaros alzando el vuelo en este exilio voluntario, e involuntario buscando las semillas fértiles que no germinan, y aún no cuajan en este espíritu equivocado y aventurero.
Guillermina Covarrubias Medina.
Julio 2024