Otra vez el recuerdo se instala
mora en la hoja en blanco
lloro impotente y luego escribo
todavía lo amo tanto ¡duele!
cada suspiro que mi alma exhala.
Mi corazón un prendedor sin ruido
que adorna las distancias
y mi pensamiento,
es un cardumen caviloso
hiriendo el muro del tiempo,
tangible incierto arremolinado
aumentando las imágenes
de ilusiones famélicas.
Labios mojados sobre mi boca
dibujando con sus besos,
mi alma que conoció
los secretos del amanecer.
Besos inconfundibles cálidos
como una lágrima de sol
con rubores pecaminosos
que se elevan llenos de pasión
se esconden entre las almohadas
y en mis silentes suspiros.
Tu silueta es el beso dorado
abriga mis tiempos.
Otra vez asoman lágrimas plateadas
absurdas, como noche hastiada de negruras.
Guillermina Covarrubias Medina.
febrero 2013
inédito
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