Te llevo conmigo en el aire que respiro ese aire que barre los fantasmas del olvido de los que no puedo huir, aunque sean absurdos alejados de la realidad.
Recorro el túnel de los pensamientos donde te encuentro, no eres humo ni libro cerrado, hoy habla mi corazón tan desnudo como los árboles en este invierno que llega y los recuerdos siguen creciendo cuál caudal de los ríos y tu nombre resuena, arremete con fuerza entre las piedras con la sonora corriente del agua.
He deseado que todo se rompa de un golpe vuelvan a sonar los relojes, sin las horas revueltas de la nave sin rumbo, navegar entre farolas de luces en la cima de las olas.
Hoy pregunta mi corazón, si no te hubiera conocido habría aprendido a caminar entre pinceles y jeroglíficos que solo tú y yo entendemos, se habría vuelto a cubrir de hojas mi soberbia y amada higuera que cobijó mis nostalgias y consoló los sentimientos solitarios eso lo sabemos solo los que hemos amado de verdad.
Buscamos motivos para que las flores broten con más bríos, guardando en el puño esos recuerdos que ríen y besan, hoy de nuevo el tiempo te ha traído sin la voz que se dilata en mis oídos a veces quisiera de nuevo estar temblando como ayer y la vida continuará como si nada. En mi calendario aún es ayer me aprietan los arreboles de las tardes de agosto en un suspiro que se lo llevará el viento y el silencio que sabe todos mis ruidos
Guillermina Covarrubias Medina
01/07/2024
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