13 jul 2020

NOCHE TRAS NOCHE.




La fría noche está gris
y las gavillas de estrellas
se imprimen en el cielo.
El gotear de las metáforas
gravitantes aguijonean,
como pican los gorriones
las cerezas en verano.
El tiempo desanda su impaciencia,
sus horas parecen inmóviles;
zumban lentos los minutos
en el silencio misterioso,
y el hierro del verdugo
que me roba los abrazos.
Pero en los ojos; un remolino
desata destellos de esperanza,
gira para matizar colores
en los cerros y calzadas
los llanos y los bosques
y el cerezo de mi patio.
Mientras los sueños
duermen despoblados
en las hebillas de los zapatos.

Guillermina Covarrubias Medina
06/07/2020.