11 ene 2020

ZUMBIDOS



Me desvela un café
melancólico, desde las hebras
hasta las pestañas;
se desliza al ritmo de un jazz
intentando desafiar lo imposible.
El silencio sumiso me traga
como las piedras en el agua
y el gris brumoso de las nubes
cabalga sobre nadie; sobre nada.
Mi pelo blanco se multiplica
y las últimas membranas
trastabilla en los sorbos
de la redondez del tiempo.
Una turba desollada
azuzan, relinchan
las bolsas de suburbios
escarbando las historias,
que me miran de reojo
entre las copas llenas
de los esquineros vacíos.


Guillermina Covarrubias Medina
Enero 2020

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