11 ene 2020

INVISIBLE



A veces cuesta tanto arrancar o simplemente gritar desde un balcón lo que se lleva en la joroba, sin embargo escribir limpia los dientes esos que muerden los dragones y se guardan en el buche mientras la noche remece la garganta con sus guantes de hielo que van sobando los paganos pechos, y los cisnes de cuello negro se entrelazan y se meten en la piel como una poesía de Baudelaire, jugando a los silenciosos paradigmas en la soledad indecible, con la tela del cuadro agujereado de la mujer desnuda junto a la fuente esperando el superracionalismo y la metafísica que irradian el canto de los pájaros y en la imaginación que camina inevitable entre fábulas, sin ruidos en un mundo real que neutraliza mis sueños.


Guillermina Covarrubias Medina
Enero 2020
Dragones = miedos.

ZUMBIDOS



Me desvela un café
melancólico, desde las hebras
hasta las pestañas;
se desliza al ritmo de un jazz
intentando desafiar lo imposible.
El silencio sumiso me traga
como las piedras en el agua
y el gris brumoso de las nubes
cabalga sobre nadie; sobre nada.
Mi pelo blanco se multiplica
y las últimas membranas
trastabilla en los sorbos
de la redondez del tiempo.
Una turba desollada
azuzan, relinchan
las bolsas de suburbios
escarbando las historias,
que me miran de reojo
entre las copas llenas
de los esquineros vacíos.


Guillermina Covarrubias Medina
Enero 2020