20 may 2019

DESOVILLANDO



Si la felicidad es un estado entonces yo soy nación
Guille.


Un pequeño pájaro que anida en el remoto rincón de los recuerdos; nieve que vuelve a ser simplemente agua se escurre entre los dedos, y de pretérito imperfecto, para convertirse en luciérnagas, y lluvia de pétalos.
Me abre camino por las calles, que ya no son tus calles, ya no huelen a nada. Que caprichoso es el destino, miro con dulzura mis tropiezos, mis caídas así puedo desgajar el calendario como parpadeos de una alondra en vuelo.
Tarareando una canción, con un libro en el bolsillo y con un alfiler tanteo los rincones que despeinan mi jardín plateado silencioso. Retrato una mano sobre la frente con un puñado de gestos; tapando el área de la boca para no hacer ruidos en voz alta ni hablar sola . El aire golpea mi piel es tan suave como el roce de un ala; abre los abrojos, suelta el sismo que ayer mis pantuflas alojaban.
Se refleja impertérrita la luna a mis espaldas, exorcizando la noche, sembrando luceros agitando pañuelos blancos para esparcir las nubes de invierno y en el agridulce asirme a destajos a los minutos, en este viaje equilibrista al límite del universo en las fatuas hojas de mis sueños.




Guillermina Covarrubias Medina
17/05/2019

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