24 feb 2019

EQUIVALENCIAS

En Chosica Perú, pregunté al gran orador Doctor Luis Yañez, "maestro, muchas veces me pasa que escribo y no le encuentro sentido a mis escritos, solo escribo, creo que es el inconsciente" ( pregunta que no me atrevía pues parecía estúpida a mi pensar, pero me animé ) su respuesta clara y concisa, "Si escribiéramos consciente entonces ya no seria poesia, o prosa poética, siempre escribe nuestro inconsciente".
Hoy salieron estas equivalencias confieso que es nada parecido a lo que tenía medio hilvanado.
En una fuga percibida de lo imaginario, hice un recorrido por mi espíritu, lo encontré con Alicia, bailando con don conejo arquitecto del universo. Y yo sola a mi lado, hasta me probé la zapatilla de cristal; no me calzó.
Sin embargo, rebusqué en el fondo del pájaro aletargado, de piernas cortas y lengua agrietada, entonces vi una hembra humana completa, sentí otra vez el aire. Se refrescaron los ojos atrapados en un cristal y pudieron dar la vuelta al mundo. Lo perfecto es imposible, aun así, es mejor equivocarse a no hacer nada, a sentir la sensación de minusvalía.
El cultrún araucano, junto al vuelo del cóndor hirvieron mis venas, arroparon mi cuerpo y la sangre milenaria esparció sus semillas en mis ojos cerrados.
Y el lápiz dio rienda suelta a mis sueños, hice de la luna mi palacio, me recreé con las hormigas, desde entonces los grillos seducen mi rincón.
Mientras tu silueta se queda en ese barquito de papel naufragando a la deriva o cubierta con un periódico en algún lugar de mi mente. Ulises al fin llegó a Ítaca,


Guillermina Covarrubias Medina
Febrero 2019

17 feb 2019

Entre colores






Sabías que los grillos hacen collares,
con los suspiros escondidos
en el silencio
y las sombras brillan en el nácar
de mi almohada.
Se desliza en la ácida lluvia
el olor a noches antiguas
entonces parpadean las nostalgias,
languidecen en el umbral vacío,
los ecos perdidos de tu voz.
Duelen las letras,
cuando interrogan el alma
escalan las madrugadas.
Me enseñaste tantas cosas
que los arboles vuelan
y el viento enreda los colores
en las simientes peregrinas
de lo absurdo
Me enseñaste tantas cosas,
se desnudaban los besos
al rojo improvisados
susurrados al oído.
Sí, se puede remontar
el vuelo aún con las alas heridas.
Este resiliente caparazón
en el ocaso sueña y ni siquiera
tú, imaginas esos sueños.




Guillermina Covarrubias.
Febrero 2019