24 nov 2018

SOLO HAY UN 24 DE NOVIEMBRE EN MI CALENDARIO.



Le estoy cantando una canción de cuna, en mis brazos de niña madre y de unos pechos nuevos brota savia, palomita mía, mi mar, mi cielo, la niña de mis ojos y mis desvelos, mi Alfa y Omega, mi palomita blanca, entonces mi boca grita callada, se encarna en mi la nostalgia con tu ausencia derribando mi lucidez efímera, ¡Dios ...donde estabas !,que me diste un golpe certero, un beso de fuego, me abofeteaste con saña, me dejaste los ojos salados y una herida en el alma, no puedo hoy reprimir mis quejas y mis lágrimas, en este silencio estruendoso que cavila en la mancha de mis pensamientos, como el blanco y negro, el día y la noche que me lleva al cielo y al infierno, paralelo en los sentimientos y tornados de mis recuerdos, que aúllan, aún el desconsuelo de las manos vacías, en gotas de espinas que clavan en mi voluntad, con mi furia ahogada, ¡no me pediste permiso para llevártela era mía, mía de mis entrañas! hoy no puedo entenderlo , a veces tampoco.



Guillermina Covarrubias Medina

24/ 11/2015/

6 nov 2018

Sombras pregoneras


Renaceré mil veces cada vez que tus ojos me miren en un café negro.
Guille.



Hoy mis versos nacen
con el alma rota
te estoy amando
tierra de mi boca.
Entre lágrimas y rezos
con la lengua, en silencio,
dibujan las letras,
los blasfemos besos.
Así me reniego
sin embargo, volveras
como el viento
a apaciguar mi locura,
y sembrar granos de espigas
en mi palacio desierto.
Volverás mil veces
entraras por mi ventana,
subirás por la garganta
acariciar los sueños,
de mis cabellos cansados.
Yo me miraré en tus ojos
y en el brillo del pasado
cuajare como el trigo,
en algún café negro
o tal vez ,en un verso quebrado.

Guillermina Covarrubias Medina
06/11/2018.

Desde el vientre






Ha dejado de llover y las mariposas revolotean adornando el espacio de arco iris, el crateus habla, y la tierra canta al compás del trino de los zorzales, las flores bailan majestuosas. El río de colores refleja, abraza , las piedras de peces y algas. El firmamento está matizado de golondrinas, parece un laberinto de distorsionadas estatuas de algodón.
Se inflan los pulmones de aire y me pierdo en el ocaso , chirrían los zapatos con el bullicio de los pasos y los suspiros silenciosos,amontonados,son un trago vergonzoso de madrugada , esperando, el último tren imaginario... hacia París.


Guillermina Covarrubias.
04/11/ 2018