Estoy pensando en ti , te escucho en mi propia noche, erguida , en la sapiencia de mi cerebro y en mis ojos, la muerte es lujuriosa, caliente, como esos orgasmos de las noches de circo errante, Ochenta años el espejo me refleja hasta resarcirme desnuda con los rayos láser del cristal, que se funden con la unión de mis dedos y destrozan las pestañas porque oigo llorar, sin llorar, con la pluma y la mente puesta en tu café amargo. Esta noche te confundo conmigo me excita a pugnar el cianuro de tus huesos, que rompen el mutismo fragmentado en este silencio sin silencios, de mis abultados campanarios sojuzgados, rendidos en mi garganta.
Estoy pensando en ti, en tus guardianes del infierno y las tinieblas donde tus pájaros se han vuelto jaula, entonces; abrazada a mis letras resucito, reencarno en esperanzas acuchillando, zarandeando los pensamientos, para que mi dilecto vuelva en el insistís del destino mío, buscaré la luna en la cordillera, recorreré la rosa de los vientos y a levantar velas por el mundo de mi propia mano, para besar mi conforme alma, desafiar la vida, los sueños con mis cabellos enmarañados y mis delirios que son como un elástico loco…
He pensado en ti y aunque te admiré, pensándolo… rumiaré mis batallas, encenderé, abrasare la chispa del caudal torrentoso de mi sangre vagabunda,enardeceré libre y volaré mi vuelo,
seguiré mis huellas de mujer amante del amor, de la vida. Solo yo… me aplaudiré con las mímicas internas de mi corazon, "porque yo... soy pasión".
Guillermina Covarrubias Medina
15/03/2017
