Foto tomada de mi cactus
Las grullas, hacen danza en la cabeza
nidos de palabras llenan mis oídos
y los órganos profundos golpean
el pecho, las venas y las horas más dulces.
Cada noche muere con los últimos reflejos
del parpadeo del sol detrás de la montaña,
en las grietas de la vieja higuera,
en la razón inmadura de agosto.
Sin embargo, está noche apago la luz
y al resucitar cada mañana cantarán
los pájaros, el trigal, con sus espigas
de sol, danzará al son del viento
con pálpitos de vida repleto de memorias.
Aún recuerdo tu risa, tus ojos pequeños
una luz de arcoíris al rocío de mis ojos,
que más que rugir la piel, trastocó el alma
y la furia de palabras vuelan cual palomas,
encendiendo la lumbre que dejaste en mi boca.
Escondo el horizonte entre mis ropas
huele el aire a mañana de resurrección
y yo estaré conmigo, vestida de acuarelas.
Guillermina Covarrubias Medina.
DDRR del autor.
09/01/2024
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